miércoles, 25 de marzo de 2015

Susana Baca

Susana Esther Baca de la Colina

Susana Esther Baca de la Colina (nacida en Lima, Perú, 24 de mayo de 1944) es una prominente cantante, compositora, investigadora de música y educadora de profesión peruana; 2 veces ganadora del «Latin Grammy».

Es figura clave en el folclore latinoamericano y en el proceso de revivir la música afroperuana.

Ha sido también la primera Ministro de Cultura que ha tenido Perú y Presidente de la Comisión Interamericana de Cultura de la OEA. 

Nació el 24 de mayo de 1944 en la ciudad de Lima, hija de Ernesto Baca Ramírez y de Carmen de la Colina Gonzáles. Susana desciende de una de las familias más ilustres de la música afroperuana: los De la Colina, provenientes de San Luis de Cañete siendo prima hermana de Ronaldo Campos y Caitro Soto. Es responsable, junto a su esposo y representante el sociólogo Ricardo Pereira, de la recuperación de armonías y ritmos casi olvidados de la música afroperuana. 

Susana Baca vivió su infancia en el distrito limeño de Chorrillos, lugar de dónde guarda los mejores recuerdos según ella misma indica en diversas entrevistas. Desde muy niña estuvo rodeada de músicos; su padre era guitarrista, su madre bailarina, sus tías cantaban y sus primos fueron los creadores del famoso grupo Perú Negro. Ellos aportaron la fuerza necesaria que impulsó a Susana a dedicarse de lleno a la música. Con el tiempo comenzó sus estudios de música y formó un grupo de música experimental, que combinaba música y poesía local. 

Ganó dos becas, una del Instituto de Arte Moderno del Perú y la otra del Instituto Nacional de Cultura Peruana, para investigar las raíces de la tradición musical peruana, además de obtener el premio de interpretación y composición en el primer Festival Internacional de Agua Dulce. 

Estudió educación en la Universidad Enrique Guzmán y Valle "La Cantuta", en donde se graduó en 1968. Esta misma institución le concedió el 20 de noviembre del 2009, el Doctorado Honoris Causa. 

En 1995, Luaka Bop, el sello creado por David Byrne, sorprendió con la edición de un trabajo recopilatorio que reflejó El alma del Perú Negro, en él se encontraba María Landó, una canción que llevaba impresa la voz y la interpretación de quien, con el tiempo, se convertiría en la principal referente de la tradición musical afroperuana y una de las más destacadas artistas latinoamericanas de la música folclórica. 

Pero en la carrera de Susana Baca no sólo el aporte de David Byrne ha sido fundamental. Chabuca Granda, famosa cantante y compositora, se convirtió en otra pieza clave en la carrera de Susana. La autora de "Fina Estampa" y "La flor de la canela", encontró en Susana a su sucesora, a tal punto que la contrató como ayudante personal y la alojó en su propia casa. Desgraciadamente, Chabuca falleció, pero en nombre de su amiga y en el de su pueblo, Susana continuó la tarea de su vida: estudiar y recuperar el sonido de su tierra. 

Ella y su esposo, Ricardo Pereira, recorrieron la costa peruana recopilando testimonios y documentos de aquellos pueblos afrodescendientes. El resultado de ese trabajo luego se transformó en el libro "Del fuego y del agua", publicado en 1992, tras once años de labor. Tres años después, la pareja creó el "Instituto Negrocontinuo", que continuó con un objetivo similar al del libro: mantener vigente la tradición afroperuana. 

En la actualidad administra un Centro Cultural Afroperuano en la localidad de Santa Bárbara en San Luis de Cañete, al sur de Lima. 

Entre los numerosos premios recibidos por Susana Baca está el Premio Latin Grammy obtenido en 2002, por su álbum Lamento Negro, en la categoría «Best Folk Album». Este mismo álbum recibió además una nominación para el Grammy de ese mismo año en la categoría «Best World Music Album». El disco fue grabado originalmente en 1986, para ser luego reeditado en el sello Luaka Bop, del cantante escocés David Byrne. Las letras de algunas canciones se basan en poemas de Pablo Neruda y César Vallejo. También ha sido distinguida con la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa, y la Orden al Mérito de la República del Perú. En noviembre de 2011, obtuvo el segundo Latin Grammy de su carrera por la colaboración que realizó con el grupo puertorriqueño Calle 13 en la canción "Latinoamérica", junto también con la cantautora brasileña María Rita y la artista colombiana "Totó" La Momposina. 

Para la Revista Rolling Stone, Susana Baca es más que una diva afroperuana, aunque su voz rica y sugestiva sin duda la hacen merecedora del título. Mientras que "Stylus Magazine" dice que: luego de que Susana se pusiera en el mapa con "María Lando" ha realizado un número de muy populares álbumes con una increíble gran calidad [...] Michaell Heumann (crítico de esta publicación) dice: "Ella es una artista talentosa y única que representa al pueblo negro de Perú y sus canciones inspiran y entretienen a cualquiera que tenga la voluntad de escuchar". Sus discos cuentan con críticas de hasta 5 estrellas de 5 posibles en "Amazon" y con hasta 4 de 5 posibles estrellas en "Rolling Stone". 

Asimismo, sus espectáculos en vivo, en algunos de los más importantes escenarios culturales del mundo (Chicago, San Francisco, Nueva York, Los Ángeles, Francia, Grecia), han sido unánimemente celebrados por la crítica. Timothy G. Merello -con relación al show de Susana en el "Old Town School of Folk Music de Chicago"- dice: "Susana Baca, más que sólo una cantante, es una poetisa, una historiadora, una espeleóloga y exploradora del folclore y música afro-peruanos junto a sus músicos, ella entretiene, educa e involucra a una multitud, que agota las entradas, con una mezcla musical de ritmos, melodías, beats y baile. 

Uno de los aspectos más cautivadores de la performance de Baca es como interactúa con su banda". Deanne Sole de "PopMatters" dice -con relación al álbum "Seis Poemas" publicado en 2009- Que ver a Susana Baca en vivo en escenario abierto [...] hace que no sólo se respete a Baca como una voz sino también como una intérprete, una persona. "Seis Poemas" es un álbum corto que muestra el carácter de Susana. Un álbum pequeño pero encantador. Su disco Afrodiaspora del 2011, también ha sido halagado por la crítica. Steve Leggett de AllMusic dice: "El Séptimo álbum de Susana Baca para la firma Luaka Bop de David Byrne es una aventura ambiciosa con Baca trayendo su estilo vocal reconocible al instante y elegante a la mesa en un intento de mostrar la profunda influencia de los ritmos africanos en las formas de las canciones de la música caribeña y sudamericana". Por su parte Russ Slater de PopMatters describe: "La clave de todo el trabajo de Baca ha sido la pasión que siente por la música, así como su característica voz. Ella tiene la capacidad de ser sincera sin ser quejumbrosa, y aunque su voz puede no ser el más fuerte de los instrumentos, ronronea rítmicamente, dando a cada canción el empuje y el vigor que a menudo falta en la música mundial". 

El 28 de julio de 2011, asumió el cargo como Ministro de Cultura en el gobierno de Ollanta Humala. Susana Baca se convierte así en la segunda mujer afroperuana en asumir un Ministerio.

En noviembre de 2011, fue elegida por la OEA, para presidir la Comisión Interamericana de Cultura durante el periodo 2011-2013. Esta Comisión tiene la responsabilidad es implementar el diálogo ministerial interamericano en materia de cultura.

Discografía

-Color de Rosa Poesía y Canto Negro (1987) 
-Vestida de Vida, Canto Negro de las Américas! (1991) 
-Fuego y Agua (1992) 
-Susana Baca (1997) 
-Eco de Sombras (2000) 
-Lamento Negro (2001) 
-Espíritu Vivo (2002) 
-Lo Mejor de Susana Baca (2004) 
-Travesías (2006) 
-Seis Poemas (2009) 
-Mama (2010) 
-Cantos de adoración (2010) 
-Afrodiaspora (2011) (Datos: Wikipedia)


lunes, 23 de marzo de 2015

La Catástrofe Peruana: El Primer Gobierno de Alan García Pérez 1985/1990

La Catástrofe Peruana: El Primer Gobierno de Alan García Pérez 1985/1990

El primer gobierno de Alan García Pérez, empezó el 28 de julio de 1985 y culminó el 28 de julio de 1990. 

Alan García dio un mensaje a la nación que duró casi dos horas, en éste anunció medidas anticorrupción, la reorganización de las fuerzas policiales, la eliminación de exoneraciones tributarias a las compañías petroleras que operaban en el país y la formación de una comisión de paz para iniciar una amnistía. 

También reafirmó su voluntad de no dialogar con el Fondo Monetario Internacional y adelantó que se amortizaría la deuda externa de 14 mil millones de dólares sólo con el 10 % de las exportaciones.

En los primeros días del gobierno, el ministro de economía, Luis Alva Castro anunció que se cancelaría la deuda externa que ascendía a 14 mil millones de dólares "sin sacrificar más al pueblo y sin aceptar las condiciones propuestas por el Fondo Monetario Internacional".

En un comienzo, las medidas adoptadas dieron resultados positivos. Ya en septiembre de 1985, la inflación bajó a 3,5 % (comparado con 12,5 % en abril del mismo año). Hacia el segundo trimestre de 1986, la economía dio señales de clara recuperación. Los sectores que dependían de la demanda interna (manufactura, construcción, agricultura) crecieron, no así los sectores dedicados a la exportación (minería, pesca). 

En 1986, la economía creció 10 %. Fue el mayor crecimiento desde los años 50, con ello García disfruto entonces de una popularidad récord en América Latina. Cuando la capacidad de gasto del estado fue agotada entonces comenzaron múltiples problemas. El primer problema fue que a pesar de la reactivación económica, el Estado casi no percibía mayores ingresos.

Otro problema consistía en que, después del gran crecimiento de 1986, la capacidad productiva de la modesta industria nacional estaba llegando a sus límites. Hacían falta inversiones para instalar nuevas capacidades y así continuar con la reactivación. Para ello, era necesario recurrir a inversiones y préstamos extranjeros. 

La poca confianza de la ciudadanía en las políticas económicas del Gobierno condujo a que, hacia fines de 1986, muchos cambiaron sus intis por dólares temiendo - y, al mismo tiempo, originando - una devaluación del inti. 

El paquete de medidas adoptadas por García incluía el congelamiento del tipo de cambio inti-dólar. Pero tal congelamiento tendía a ser artificial en tanto la demanda real de intis iba perdiendo cada vez más terreno frente al dólar. Este cambio se vio reflejado en la tasa de cambio libre, aquella de los cambistas de la calle, paralela al cambio oficial. 

En 1987, el peligro de una crisis en la balanza de pagos y en las reservas internacionales era evidente. Sin embargo, el Estado Peruano siguió confiando en un crecimiento económico rápido hasta 1988. Al mismo tiempo, tuvieron que aceptar la devaluación del inti, la subida de sueldos y de precios . En líneas generales, la política económica del Estado Peruano empezó a caer en contradicciones. 

Por un lado, el Gobierno buscaba el contacto directo con los empresarios importantes (llamados los doce apóstoles) con el fin de persuadirlos a invertir en el desarrollo de la capacidad productiva. Por otro lado y en su necesidad de aumentar los ingresos del Estado, supuestamente obligó, a comienzos de 1987, a las empresas a prestarle dinero al Estado. En concreto, las empresas fueron forzadas a comprarle al Estado Peruano bonos obligatorios por un valor que llegaba hasta el 30% de las utilidades brutas que las empresas habían obtenido en 1986. Con esta medida, el Gobierno provocó airadas reacciones en el sector empresarial. Al poco tiempo, algunas empresas fueron exoneradas del pago obligatorio y finalmente el programa fue cancelado. 

Este tipo de marchas y contramarchas, de reacciones sobre hechos ya consumados, de pasividad frente a los peligros venideros contribuyeron a la percepción de que la política económica del Gobierno estaba siendo improvisada y, sobre todo, perdiendo el control. La situación se agudizó con la renuncia, en junio de 1987, del Ministro de Economía Luis Alva Castro. 

El punto de ruptura de su Gobierno fue la intención de estatizar la banca como una forma de controlar la inflación que, a esas alturas (28 de julio de 1987), ya resultaba agobiante. En efecto, los indicadores económicos señalan que el Perú, durante su mandato, llegó a sufrir una hiperinflación de 1 722,3% en 1988 y 2 775% en 1989. 

La medida fue anunciada el 28 de julio de 1987 en el tradicional mensaje a la nación. García explicó su medida con las desigualdades sociales y económicas en el Perú. Ya en 1982 había publicado un libro (El futuro diferente) en el que criticaba a los bancos privados por excluir del sistema de créditos a los sectores informales, campesinos así como las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Según la política económica del Gobierno, era necesario “democratizar” el crédito y, dado que el sector privado no estaba dispuesto a asumir esa tarea, el Estado debía tomar las riendas. Pese a ello el Congreso de la República del Perú no aprobó la medida

Al finalizar el año 1987, la crisis ya era evidente: La inflación empezó a galopar (114,5 % en diciembre del 1987), la producción - y, por consiguiente, la reactivación económica - se había estancado y la balanza de pagos tuvo, en 1987, un saldo negativo de 521 millones de dólares, el hueco más grande desde 1981. Consecuentemente, las reservas internacionales siguieron decayendo. A falta de dólares, el Banco Central se vio atado de manos en el control de la tasa de cambio (una demanda creciente de dólares se puede contrarrestar poniendo en circulación los dólares ahorrados). 

Obligado por las circunstancias a un cambio de rumbo, el gobierno recurrió, a fines de 1987, al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM) en busca de préstamos. El experimento heterodoxo había llegado a su fin. En octubre de 1987, el gobierno procedió a devaluar el inti en 24 %. Los llamados paquetazos siguieron dándose, de forma periódica, hasta septiembre de 1988, llevando a una gran recesión económica. Pero García seguía sin aceptar la necesidad de una línea clara.

El equipo económico de García -presidido por Gustavo Saberbein- intentaba persuadir a García de la necesidad de un shock ortodoxo: Déficit cero a través de aumentos fuertísimos de impuestos y tarifas y la eliminación de subsidios. Pero García, temiendo el costo político de tal decisión, sólo accedió a un camino medio sin resolver el problema de fondo: Un Estado en bancarrota (déficit fiscal) y una economía que importaba más de lo que exportaba (déficit comercial). 

Los resultados están en la memoria colectiva de todos los peruanos: Inflación a niveles astronómicos, escasez de alimentos y otros productos básicos y el derrumbe de la aprobación de Alan García. 

Fue recién hacia fines de 1988 que García se convenció de la necesidad de una “guerra frontal” contra la crisis económica. El nuevo Ministro de Economía y Finanzas, Abel Salinas, tuvo la ingrata tarea de anunciar, ahora sí, el shock económico, el seis de septiembre de 1988. El plan, denominado Plan Cero, contribuyó a generar una inflación aún mucho mayor, sobre todo en relación con los productos importados. Así, por ejemplo, el precio de los productos farmacéuticos subió 600 % y el de la gasolina 400 %. Además, se eliminó el sistema del control de precios con excepción de 42 productos básicos. 

Las esperanzas del APRA estaban ahora cifradas en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Si bien hubo conversaciones, el Perú no llegó a recibir préstamos. Ello se debió, también, a que el Perú aún adeudaba 600 millones de dólares al FMI y 400 millones al Banco Mundial. 

A partir de septiembre de 1988, la inflación se convirtió en lo que los economistas denominan hiperinflación. Ese mes, los precios subieron 114 %. Fue el mes con mayor inflación en el gobierno de García y, probablemente, en la historia del Perú. Y el shock parecía llegar muy tarde. En todo caso, no pudo controlar la inflación. 

Un largo paro en la industria minera contribuyó a que las exportaciones cayeran aún más agravando así el déficit comercial. 

Las reservas internacionales, por su parte, se aproximaban a cero. 

El 22 de noviembre de 1988, García lanzo otro “paquete” con medidas muy similares. Al mismo tiempo, Abel Salinas presentó su renuncia por discrepancias con García. 

El aumento del desempleo y la caída drástica de ingresos fue el costo social del desastre económico provocando el surgimiento de un sector informal de proporciones nunca antes visto. Además, el Estado en bancarrota ya no pudo cumplir con sus obligaciones en materia de asistencia social, educación, salud y administración de justicia. 

Los años 1989 y 1990 pueden ser narrados de forma breve, pues no se produjeron cambios sustanciales. La economía se recuperó levemente y las reservas internacionales también. Las importaciones se contrajeron y las exportaciones subieron, sobre todo por el aumento de precio de los productos mineros en el mercado internacional. 

Bajo el mando del nuevo Ministro de Economía, César Vásquez Bazán, la inflación cayó, pero no de forma sustancial. La tasa anual de inflación fue de 3398.6% en 1989. 

Los últimos meses de 1989 fueron usados en gastar las magras reservas internacionales para reactivar en algo la economía en vista de las prontas elecciones. Así, en marzo de 1990, las reservas internacionales eran de apenas 190 millones de dólares. 

Por otro lado, la actividad terrorista se había iniciado durante el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry, pero alcanzó los picos más altos de violencia en los años de 1986 y 1988. 

Durante el gobierno de Alan García, junto a la violencia subversiva, que costó miles de vidas, se realizaron actos de represión militar, como la de la matanza de las prisiones y la masacre de decenas de campesinos en el pueblo ayacuchano de Cayara en 1988. Aunque inicialmente Alan García mostró interés en frenar las violaciones a los derechos humanos, tras el incidente de los penales, permitió que continuase la violencia contrasubversiva de las Fuerzas Armadas y se formaron escuadrones de la muerte (Comando Rodrigo Franco), los que amedrentaron a sospechosos de terrorismo y a críticos de la política antiterrorista. 

A partir de 1988 y 1989 los grupos terroristas intensificaron su ola de atentados en Lima y varias otras ciudades frente a la impotencia gubernamental. La controversia se volvió a dar cuando a menos de veinte días de la transferencia al nuevo gobierno, Víctor Polay, "Comandante Rolando" y 47 militantes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru lograron fugar del penal de "máxima seguridad" Miguel Castro Castro a través de un túnel de 330 metros construido desde fuera del penal. La construcción no contaba con conexiones de agua ni desagüe, instalaciones de servicios de alumbrado y tampoco un respiradero que facilitaría el trabajo operativo. Más allá del hecho mismo, la repercusión obtenida por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), a nivel nacional e internacional, constituyó un duro cuestionamiento no sólo a la estrategia antisubversiva del Gobierno Peruano, sino también a la capacidad operativa de las autoridades policiales y penales del pais. 

La oposición al gobierno creció significativamente desde el intento de estatización de la banca, una medida que fue sumamente impopular y disparó un enérgico movimiento de protesta de la derecha encabezado por el escritor Mario Vargas Llosa, este movimiento finalmente evolucionaría en la alianza política FREDEMO (que incluía al Partido Popular Cristiano, Acción Popular y al Movimiento Libertad) que postuló sin éxito en las elecciones de 1990 con Vargas Llosa como candidato presidencial. 

En su último mensaje a la nación, el 28 de julio de 1990, el Congreso, no le permitió hablar interrumpiéndolo constantemente mediante carpetazos y pifias.

La inestabilidad económica y terrorismo provocaron el descontento de la población peruana, que en las elecciones de 1990 eligió como Presidente a Alberto Fujimori, de ascendencia japonesa, alguien completamente diferente a Alan García. (Datos: Wikipedia)

Con la reforma policial Alan García eliminó a la prestigiada Guardia Civil del Perú para crear un defectuoso conglomerado policial. Desde esa medida la delincuencia creció sin control hasta nuestros días.

viernes, 20 de marzo de 2015

La Conspiración Inglesa que Impulsó la Independencia de Sudamérica

Gran Logia de Inglaterra

Los países que ahora constituyen Sudamérica eran parte del Imperio Español, cuyo principal exponente era el Virreinato del Perú.

Ningún país fuera del Imperio Español podía comercializar con sus colonias en Latinoamérica, Filipinas etc.

Inglaterra, entonces con una economía deprimida, empieza un proceso para romper el dominio español sobre Latinoamérica, lo que le permitiría expandir su comercio.

Aparecen entonces en escena, primero Francisco de Miranda, y luego Simón Bolivar, José de San Martín, y Bernardo O´higgins.

Ellos van a Londres donde son instruidos, impulsados y financiados para llevar a cabo el plan inglés de romper el vínculo de España y sus colonias.

Los 4 fueron masones integrantes de la Gran Logia Inglesa que apoyó la conspiración Inglesa contra España.

Los 4 "libertadores" en realidad fueron agentes de la monarquía británica que trabajaron para los fines de ésta.

Al empezar los levantamientos en Venezuela el líder del grupo Francisco de Miranda fue traicionado por Bolivar quién lo señaló y entregó al ejército realista. Miranda, fue llevado a España donde murió en una cárcel.

De esta manera, Bolivar usurpa el liderazgo "independentista" y recibe honores que no le corresponden.

Es necesario recordar que la columna vertebral del "ejército independentista" de Bolivar fue el Regimiento Rifles integrado totalmente por británicos.

Recomendamos ver el siguiente video:

Video: ROdelUru

domingo, 15 de marzo de 2015

Culturas Pre Incas una Grandiosa y Enigmática Singularidad en Sudamérica


Señor de Sipán - Civilización o Cultura Moche o Mochica

Si existiese la máquina del tiempo y pudiésemos retroceder muchos siglos atrás encontraríamos una Sudamérica completamente distinta a la que hoy conocemos.

Casí todo el subcontinente poblado de tribus cazadoras y recolectoras en total ignorancia y viviendo en forma nómade.

Pero nos sorprenderíamos al encontrar una singularidad en lo que hoy es territorio de Perú.

Veríamos numerosas civilizaciones o culturas, ciudades Estado bien organizadas, con cultivo avanzado de la tierra, desarrollo del arte cerámico, presencia de la industria textil, acciones de minería del oro, cobre y plata con derivaciones a obras de arte e industriales, etc.

Un enigma significa el hecho de que mayormente estas civilizaciones se asentaron y desarrollaron en la costa peruana, una zona de desiertos que era atravesada en tramos distantes por pequeños ríos, existiendo alternativas de valles fértiles en otras partes de Sudamérica.

Lo que se denomina las culturas preincas crecieron tanto que fueron capaces de conquistar, poblar y establecer relaciones comerciales con los pueblos de las islas de la polinesia.

Los restos de estas culturas preincas pueden apreciarse principalmentes en las regiones del norte de Perú, Lambayeque, La Libertad, Ancash, también en Lima y por supuesto en Nazca donde se ubican las enigmáticas líneas o jeroglifos. (jlhurtadov)

viernes, 13 de marzo de 2015

Angeles y Demonios en la Guerra del Guano y el Salitre de 1879

Guerra del Guano y el Salitre de 1879 entre Perú y Chile

Durante la ocupación chilena de Perú, hubieron peruanos que lucharon denodadamente por su patria, pero otros no.

La fuerte resistencia que generaron los peruanos se tradujo en constantes y efectivos ataques al ejército y armada de Chile.

En el centró del país el líder era Andrés Avelino Cáceres. En el sur la resistencia la dirigía Lizardo Montero Flores. En el mar actuaban distinguidos marinos destacando Decio Oyague Neyra.

El ejército chileno estaba siendo diezmado por los ataques de las guerrillas de Cáceres y Montero. En el mar Decio Oyague y otros marinos hundían con cazabobos 2 buques de guerra chilenos y preparaban torpedos para continuar la lucha. Por temor los buques chilenos se mantenían alejados de las costas.

La presión era tan fuerte que el Gobierno de Chile ya alistaba un pronto retiro, pero lamentablemente surge en el norte el General EP Miguel Iglesias que promueve el fin de las hostilidades, recibiendo el inmediato apoyo y protección del Gobierno chileno que ordena a Patricio Lynch jefe de las fuerzas de ocupación, gestionar rápidamente un tratado, proteger a Iglesias y atacar a Cáceres y Montero.

De esta manera se suscribe apuradamente en 1883 el malhadado Tratado de Ancón por el cual Perú entrega a perpetuidad territorios en el sur.

No nos explicamos que factores impulsaron a Iglesias a cometer tan grave acto en perjuicio de Perú, sobre todo en momentos que la resistencia peruana iba resultando vencedora.

Las tropas chilenas se retiran de Perú en 1884 luego de 4 años de ocupación.

Retiradas las tropas chilenas, se inicia una guerra civil entre 1884 y 1885 por la cual Cáceres derrota y expulsa a Iglesias. (jlhurtadov)

lunes, 9 de marzo de 2015

Origen y Primera etapa de la Guerra del Guano y el Salitre de 1879 - Video Boliviano

Batallón Colorados de Bolivia

Este es un interesante video boliviano desarrollado por DIREMAR - Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima de Bolivia - que analiza el origen y primera fase de la Guerra del Guano y el Salitre de 1879, que involucró a Perú y Bolivia enfrentando la invasión de sus territorios por hordas de soldados de Chile.

Video: Richard Torrico

viernes, 6 de marzo de 2015

La Masacre de los Naufragos de la Fragata Peruana Independencia

Ancla de La Covadonga Rescatada del Fondo del Mar

En plena Guerra del Guano y el Salitre de 1879, mal llamada Guerra del Pacífico, durante una persecución de la fragata peruana Independencia al buque de guerra chileno La Covadonga, la primera encalló en una roca no consignada en los mapas de la época. 

Los historiadores peruanos registraron la masacre de los marinos de la Independencia por parte de los chilenos tripulantes de La Covadonga.

En su Narración histórica de la guerra de Chile contra el Perú, Mariano Felipe Paz Soldán (174-175) escribió: 

“La Covadonga huía velozmente, pero al observar que la Independencia estaba inmóvil y completamente recostada, regresó, vio que la tripulación se salvaba en botes y se dirigía a la playa vecina, en donde las fuerzas de tierra la esperaban para socorrerla; en esas circunstancias, Carlos Condell, comandante de la Covadonga mandó hacer fuego de cañón y de fusilería sobre los náufragos, victimándolos a mansalva y sobre seguro: contraste singular con lo que el noble Comandante peruano del Huáscar hacía en esos mismos momentos con los náufragos del buque de guerra Esmeralda de Chile, a quienes salvaba en sus propios botes; descuidando la protección a sus propios compañeros… Indigno y sanguinario comportamiento [el] del Comandante de la Covadonga con los náufragos de la Independencia.”

Otro destacado historiador peruano, Jorge Basadre describe: 

“Se llenó de agua el buque, apagáronse los fuegos y se suspendieron los calderos. La Covadonga regresó entonces para ametrallar a los náufragos. Los cañones de la Independencia contestaron aunque casi los cubría el agua; luego siguieron las ametralladoras de las cofas y los rifles y revólveres de la tripulación agolpada en la cubierta, hasta agotarse las municiones. Y a mansalva, la Covadonga siguió haciendo fuego a los tripulantes que nadaban en el mar y al buque mismo” (Basadre, 72).

Desde el 21 de mayo de 1879 dia en que ocurrieron los hechos, transcurrieron un poco más de 1 año y 3 meses, el 9 de septiembre de 1880, a las 15;15 horas, y la Covadonga con su criminal tripulación fue hundida por marinos peruanos frente al puerto de Chancay, luego de realizar un abusivo cañoneo contra una pequeña población inerme.

El Teniente Segundo de la Armada Peruana Decio Oyague, preparó un cazabobos. Un pequeño pero lindo y lujoso yate en el que se instaló una bomba la que fue cubierta de frutas y hortalizas.

El capitán de La Covadonga, Ezequiel del Campo, vio la atractiva embarcación y dispuso remolcarla hasta La Covadonga. Estando ya al costado de la nave, ordenó izarla con lo que se activó el mecanismo que hizo explotar la bomba causando el inmediato hundimiento de la nave. 

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